Europa busca nuevas oportunidades para proyectos de minería sostenible
A medida que aumentan las tensiones políticas a nivel global, aumenta también la preocupación de los responsables políticos de la UE acerca del suministro de determinadas materias primas imprescindibles para la industria europea. Esta preocupación se ha traducido en un renovado interés por iniciar nuevos proyectos mineros en territorio europeo.
Esto no es nada fácil desde el punto de vista de la licencia social para operar, esto es, el consentimiento de todos los actores sociales para llevar a cabo proyectos mineros en sus territorios. Persiste en la sociedad una idea de la minería como una actividad del pasado, contaminante, que solo tiene lugar en lugares remotos del planeta y de la que prácticamente nunca tenemos noticias positivas. Esto se une a un desconocimiento bastante generalizado del papel que juegan las materias primas no solo en nuestro día a día, sino en un futuro sostenible y de bajas emisiones.
Lo cierto es que actualmente la UE importa la mayoría de los materiales que utiliza, lo que mantiene un constante déficit comercial desde 2002. Solo en 2019 ese déficit ascendió a 31,000 millones de €.
Si bien la minería en el resto del mundo ha aumentado exponencialmente en los últimos años, en Europa se ha mantenido constante, o incluso ha descendido de forma notable, como es el caso de la minería del carbón y el lignito. Esto implica que la UE representa ahora una parte mucho menor de la minería global que hace unas décadas.
En este sentido, la industria minera europea reclama que no opera en igualdad de condiciones en lo que respecta a la competencia internacional. También existe la preocupación de que muchas de las materias primas esenciales para Europa provienen de partes del mundo que carecen de estabilidad política y económica.
Ante esta situación, la UE apuesta por la estrategia que más opciones nos da a nivel global: utilizar la eficiencia tecnológica y nuestros altos estándares medioambientales como ventaja competitiva. Los elevados costes que supone la introducción de tecnologías y servicios innovadores se compensan con una mayor productividad y eficiencia. En este sentido, las empresas de la UE están a la vanguardia de la innovación en el suministro de materias primas.
Desde que en 2008 la Comisión Europea adoptara la denominada Iniciativa sobre Materias Primas, Europa está mejor preparada para enfrentarse al problema de acceso a materias primas. Solo entre 2018 y 2020 la Comisión ha asegurado una financiación de más de 1,000 millones de € para proyectos de investigación e innovación relacionados con las materias primas a través del programa Horizonte 2020, lo que da una idea de la relevancia que ha adquirido este tema para los responsables políticos.
Otra fuente de financiación proviene del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), que ha financiado desde su fundación en 2015 proyectos de innovación y educación sobre materias primas por valor de más de 130 millones de € y ha recaudado inversiones externas para apoyo a start-ups por valor de 126 millones de €.
Este apoyo de la Comisión a las materias primas y la minería va a ser fundamental en los próximos años. Actualmente el foco está centrado en recopilar información precisa sobre los depósitos disponibles de reservas minerales en territorio europeo, no necesariamente para abrir nuevas minas, sino también para expandir las minas existentes u operarlas de manera más eficiente.