7 buenas razones por las que toda pyme debería unirse a un clúster
Las pequeñas y medianas empresas tienen limitaciones evidentes en cuanto a economías de escala y economías de alcance, debidas fundamentalmente a su reducido tamaño y su habitual aislamiento. Además, las pymes suelen carecer de los recursos necesarios para desarrollar sus propias estrategias de innovación, quedándose así rezagadas respecto a las grandes empresas que disfrutan de sólidas herramientas para mantenerse competitivas en los mercados globales. Para poner remedio a estas limitaciones familiares a casi todas las pymes, las actividades de clustering y networking se han convertido en acciones esenciales del panorama europeo actual.
Efectivamente, la escasez de recursos siempre ha sido uno de los principales obstáculos para las pymes. En numerosas ocasiones no tienen capacidad para aprovechar oportunidades de negocio que requieren grandes producciones o la adquisición de suministros de forma regular; tienen dificultades para lograr economías de escala en la compra de insumos como equipamiento, materias primas o financiación; su tamaño constituye también una barrera importante para algunas actividades corporativas básicas como la formación de la fuerza de trabajo, el análisis exhaustivo de los mercados o la mejora continua de sus sistemas de producción. También encuentran dificultades a la hora de realizar una eficaz división interna del trabajo, que es una fuente clara de mejoras en la productividad. Por último, y debido a sus bajos márgenes de beneficio, las pymes a menudo se quedan estancadas en sus rutinas, incapaces de introducir mejoras innovadoras o de asomarse más allá de sus propios límites.
Esto no quiere decir que debamos subestimar el potencial de las pymes para innovar. De hecho, las pequeñas y medianas empresas tienen sus propias ventajas comparativas, como lo es su capacidad para responder rápida y eficazmente a entornos cambiantes. La mayoría de las pymes tienen sistemas y procedimientos simplificados que permiten actuar con flexibilidad, reciben un feedback inmediato de sus actividades, tienen cadenas de decisión cortas y son capaces de lograr una mejor comprensión de las necesidades de sus clientes en comparación con las grandes empresas[1].
No hay que olvidar que las pymes son consideradas como una de las principales fuerzas impulsoras del desarrollo económico. A nivel local, constituyen el pilar básico del tejido empresarial, contribuyendo de forma decisiva al crecimiento, dinamismo y generación de empleo de forma sostenible. Por lo general, emplean al mayor porcentaje de la fuerza laboral y son responsables de la mayor parte de las oportunidades de generación de ingresos. En muchas regiones de la UE, el sector de las pymes proporciona el mayor apoyo al desarrollo económico y regional, representando un medio clave para la movilización de los recursos de la región. Solo en el sector de las materias primas y la minería de la UE, 18.952 de las 19.237 (98,5%) empresas son pymes, representando el 35,5% de las personas empleadas en el sector[2].
En este contexto, ¿cómo pueden las pymes aprovechar sus fortalezas al tiempo que minimizan sus debilidades? Los expertos lo tienen claro: la agrupación en clústeres industriales es una de las estrategias más inteligentes para que las pymes aprovechen todo su potencial a través de las sinergias con otros actores. Las agrupaciones empresariales permiten a estas empresas establecer relaciones de cooperación con otras pymes, grandes empresas y todo tipo de instituciones relacionadas. En esta entrada de blog, hemos recopilado los que creemos son los principales beneficios que encuentra una pyme cuando se une a un clúster.
CREAN ALIANZAS ESTRATÉGICAS
Además de generar lazos entre empresas a lo largo de la toda la cadena de valor, los clústeres sectoriales crean fuertes vínculos con los gobiernos locales, los responsables de la formulación de políticas industriales, instituciones educativas, la sociedad civil y otros actores relevantes. Estos vínculos proporcionan a las pymes la oportunidad de tener voz a nivel institucional en defensa de sus necesidades específicas, algo difícil de conseguir de otro modo que no sea el asociativo. También les permite conocer de cerca las demandas de la sociedad civil, un punto esencial en el sector de la minería y la licencia social para operar (SLO).
LOGRAN ALTOS NIVELES DE ESPECIALIZACIÓN
Los clústeres industriales tienen el efecto de mejorar el rendimiento organizacional en toda la cadena de valor, logrando un alto grado de diferenciación entre las empresas que la conforman. Como resultado, es esperable que las pymes aumenten la diversificación de sus productos o servicios, mejorando así la rentabilidad, el conocimiento y la innovación. Los clústeres son responsables de canalizar estos servicios personalizados a grupos específicos de pymes, promoviendo esquemas de especialización que dan más oportunidades al desarrollo económico local[3].
OFRECEN UN ECOSISTEMA FAVORABLE A LA INNOVACIÓN
Está demostrado que la innovación tiene más oportunidades de ocurrir en la frontera entre distintas industrias y disciplinas. Los ecosistemas de innovación prosperan en la simbiosis, no en el aislamiento. Así, las actividades asociativas se convierten en fundamentales a la hora de facilitar una mirada más allá del propio sector y la búsqueda de inspiración en otros mercados. A través de sus acciones colectivas, los clústeres ofrecen múltiples oportunidades para la innovación y la colaboración multidisciplinar. A menudo albergan empresas innovadoras que permiten al resto de socios acceder a nuevo conocimiento de forma inmediata. Debido a la concentración geográfica característica de los clústeres, se fortalece la comunicación entre sus miembros y se intensifica el intercambio y difusión de nuevas y mejores prácticas. En los últimos años, los clústeres industriales se han convertido en sistemas de innovación privilegiados por su enorme potencial para el aprendizaje colectivo a nivel local.
CONSIGUEN MENORES COSTES DE PRODUCCIÓN Y TRANSACCIÓN
Debido a que sus miembros pueden reducir costes al tiempo que mejoran la personalización de sus servicios a clientes, los clústeres promueven una bajada de costes tanto de producción como de transacción. Esto genera además una atmósfera de cooperación y confianza que a menudo retroalimenta estas bajadas de costes.
MEJORAN LAS COMPETENCIAS Y LA GENERACIÓN DE VENTAJAS COMPETITIVAS
El desarrollo de ventajas competitivas sostenibles depende en gran medida de la generación de nuevo conocimiento y del fomento de una cultura de la innovación. Por esta razón, la mayoría de los países y regiones de la UE están promoviendo la creación de agrupaciones empresariales sectoriales dentro de las cuales las pymes pueden desarrollar sus competencias y ventajas competitivas frente a sus competidores globales mediante el uso compartido de recursos, capacidad innovadora y conocimiento. En este contexto, la función de los clústeres es integral, desde la eliminación de obstáculos al comercio al fortalecimiento y creación de nuevas cadenas de valor, desde la formación de profesionales cualificados a la búsqueda de financiación (tanto pública como privada) para el desarrollo de proyectos de innovación.
DAN ACCESO A UNA VARIEDAD DE PROVEEDORES Y MANO DE OBRA ESPECIALIZADA
Pertenecer a un clúster industrial significa estar en contacto con un nutrido grupo de proveedores de materias primas, equipamiento, financiación, consultoría y muchos otros servicios especializados. De este modo, el clúster facilita el logro de economías de escala en las pymes, por ejemplo, en la compra de insumos. Además, los clústeres promueven la concentración geográfica de gran cantidad de recursos, incluida la mano de obra especializada. De hecho, la mayoría de las agrupaciones empresariales incluyen entre sus actividades la colaboración con universidades y escuelas técnicas locales que proporcionarán los profesionales del futuro, fortaleciendo así el tejido social, económico e innovador.
ESTABLECEN VÍNCULOS COOPERATIVOS ENTRE EMPRESAS
Siendo el rasgo más evidente, no hay que dejar de señalar que los vínculos de cooperación que se establecen entre empresas son uno de los beneficios clave para las pymes que se unen a un clúster industrial. La proximidad geográfica y el interés común ayuda a las empresas a mejorar el aprendizaje compartido y a crear conocimiento innovador y sinergias rentables. En este caso se hace evidente que la suma de las partes supera el valor de cada empresa o institución individual. Tanto los intercambios informales como las interacciones más organizadas fortalecen las cadenas de valor y garantizan un crecimiento económico sostenible que en último término se traduce en desarrollo económico regional.
Gran parte de los beneficios que una pyme obtiene de su pertenencia a un clúster deriva de su capacidad para concentrar la actividad económica tanto geográfica como sectorialmente[4]. Esta concentración geográfica y sectorial permite reunir actividades y recursos clave, desde proveedores, compradores y exportadores, hasta instituciones gubernamentales, educativas, proveedores de servicios y agencias de todo tipo que apoyan a las pequeñas y medianas empresas en actividades esenciales como el desarrollo de productos, incorporación de nuevas tecnologías, acciones de formación y marketing y mejora de los procesos productivos.
Los clústeres son fundamentales no solo para promover la competencia y la cooperación, sino también para ayudar a las pequeñas empresas a superar los desafíos a los que se enfrentan en un mundo cada vez más complejo y globalizado. Todas estas razones posicionan al clustering como herramienta indispensable para que las pymes se beneficien de vínculos decisivos con redes nacionales, regionales y globales de empresas, instituciones y cadenas de valor.
[1] Strategy development by SMEs for competitiveness: A review. August 2008. Benchmarking An International Journal 15(5):525-547 DOI: 10.1108/14635770810903132.
[2] Eurostat, key size class indicators, mining and quarrying (NACE Section B), EU-28, 2016.
[3] European Cluster Policy –using clusters to support innovation in SMEs across European Macro-Regions. Dr Anna Sobczak, Policy Officer for clusters & emerging industries. Internal Market, Industry, Entrepreneurship and SMEs, European Commission.
[4] C. Mason, T. Castleman and C. Parker, Communities of enterprise: developing regional SMEs in the knowledge economy, Journal of Enterprise Information Management, vol. 21(6), pp. 571-584, 2008.
Nota: Mapa que muestra el enorme número de clústeres de diferentes sectores y regiones en la UE. Fuente: European Cluster Collaboration Platform.